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Los afirmacionistas de la pandemia creen como sectarios covidianos en la vacuna y a pies juntillas.
Más les valdría contrastar la información que les llega en modo «propaganda» por los cómplices mediáticos de estos genocidas, con el contenido de la web de Médicos por la verdad.
Y si no tienen bastante con que todo ésto del Covid es un gran timo (teniendo una realidad indiscutible, que son los muertos, pero habría que ver porqué causas) aquí tienen el informe definitivo de Biólogos por la verdad.
Una vacuna no previene.
Teóricamente hace que en caso de verse afectado el alcance de la enfermedad pueda ser, también teóricamente, menor.
En este contexto de delirio social covidiano, inducido para reducir población, tienen que saber que el mito de que las vacunas reducen la mortalidad es mentira.
También tienen que saber que la propia OMS admite que las «pruebas» PCR son inútiles para el fin pretendido, al igual que los bozales con que se adornan no sólo son ineficaces, sino que causan enfermedades.
Igualmente, y con respecto a la vacuna del circovid, «creada» de la noche a la mañana en menos que canta un gallo, ha supuesto que los estados eximan de toda responsabilidad al cártel farmaceútico, la farmafia, y en concreto Astrazeneca, Moderna, Pzifer y demás organizaciones mafiosas «farmaceúticas».
Piensen: si tan buenas son, no tendría que concurrir una exención de responsabilidad.
Si uno cree que su producto es bueno, sencillamente lo vende y asume responsabilidades. Y por contra, si no lo es, pues no lo vende o lo vende con estas «reservas», sin «blindarse» ante efectos adversos.
Aún cuando ya se han producido muertos por la vacuna del coronatimo y efectos adversos muy graves, lo cierto es que hay naciones que ya han prohibido tal o cual «vacuna» de tal o cual «laboratorio».
En España, pais de borregos consumados, si el veneno que les meten les sienta mal (y aunque en justicia no tendrían ni que poder reclamar por dejarse envenenar «por su bien»), así todo hay margen para reclamar al Estado, para al final, pagar este estropicio todos nosotros (incluso los que rechazamos toda vacuna). Sí, aquí además de negacionistas de la pandemia somos antivacunas.
Pues bien, a propósito de esas reclamaciones, nos remitimos un artículo salido en Cinco días que nos parece muy bien traído sobre el particular.
Pónganse cómodos y leánlo.
De ello, resumidamente, podemos desprender:
- Que si por causa de la vacuna tienen problemas y quieren reclamar, tendrán que reclamar al Estado y a la fabricante del veneno llamado «vacuna».
- Que sólo tendría viabilidad si tal efecto secundario se contemplase en el prospecto y además, no concurre el consentimiento informado del vacunado «penitente».
- Que el procedimiento para reclamar es complejo y sólo apto para abogados.
- Que el resultado de la reclamación es incierto.
- Que por analogía se aplicará de cara a posibles indemnizaciones el denominado «baremo de tráfico».mar por esos efectos «adversos»,
A partir de ahí, si quieren reclamar, contáctennos y nuestros abogados estudiarán su caso.
Y reflexionen: ¿qué ganamos nosotroscomo la primera y única plataforma negacionista de la pandemia y afirmacionista de la «plandemia» despotricando contra el coronatimo?. Nada, pero al menos nuestra conciencia está tranquila por éso de «ya se lo advertimos» y porque tras este genocidio masivo de población ordenado por la élite, alguien tiene que permanecer sobrio, aunque sólo sea para el día después cuando algunos de Vds ya no estén, esperando ver pasar el cadáver de nuestro enemigo: el globalismo. En cambio ¿qué gana todo el aparato sanitario y mediático a las órdenes del Gobierno?. Muy sencillo, seguir manteniendo sus recursos, sus puestos de trabajo y sus suelditos, aún a costa de ser cómplices de un inmenso genocidio.