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El coronatimo como test de nuestra inteligencia es un hecho innegable.
Asisten a un experimento globalista, debidamente planificado, para testear su capacidad de aguante, y en función de sus cesiones (bozal, timotest, timovacuna, etc), seguir vaciándoles de derechos fundamentales y libertades públicas hasta reducirse a semovientes (si es que sobreviven a las dosis de veneno que les inoculan por múltiples vías), con menos derecho que un perro y más obligaciones que un esclavo.
Les damos una pista para que se informen pues la Dra. Albarracín tiene las respuestas.
En España, más aplicados al globalismo que un hijo de Soros y Bill Gates, tendremos bozal para rato (al menos en interiores), timotest que serán prolongandos hasta romperles la barrera hematoencefálica, timovacunas que se convertirán en obligatorias como la del sarampión, emulando a naciones más globalistas que la propia OMS. En cambio en una parte sustancial de las naciones europeas y en otros continentes todo va decayendo.
Esta delegació del globalismo que es el colaboracionista y traidor Gobierno de España y todos sus tentáculos de las diversas administraciones públicas, ahora están dale que dale con el puto pasaporte Covid, a pesar de vulnerar nuestros derechos y libertades públicas.
En realidad es elpasaporte Agenda 2030 (que no es un pasaporte nazi, sino globalista y libero-comunista) para trabajar, para acudir a ciertos sitios o para poder utilizar ciertos servicios atenta contra la ley natural y además contra los convenios y tratados internacionales que positivizan tales derechos.
La deleznable castuza política (desde Vox a Potemos pasando por los secesionistas) lo saben, pero lo imponen y el comisariado judicial, aún conocedores del despropósito jurídico, lo avalan ante ciertos escenarios y con ciertos matices, porque en ello les va el sueldo.
Eso sí, no pierdan la cuestión de fondo y es que esta manifiesta reducción de población (sólo así se entienden la vacunación de los niños y de los ancianos), mientras les timovacunan les aboca a la condición de ponedoras en el mejor caso y luego a la enfermedad y a la muerte, cobrando sentido el escenario genocida en que están interactuando como mercancía prescindible.
No se preocupen, si ahora el pasaporte de la Agenda 2030 cuela menos de lo previsto, inventarán otra cosa a modo de «pasaporte de buen ciudadano» chino, y se generalizará en esta dictadura tecnosanitaria que precede a esa futura tecnocracia tiránica.
A estas alturas ya saben que los timovacunados son cobayas de una «terapia» experimental donde les meten lo que quieren y sin finalidad preventiva alguna.
Eso por no hablar de los efectos secundarios por el veneno inoculado. Y si pretenden reclamar por el daño causado, no se preocupen, que el comisariado judicial dirá que se inoculó no una vacuna, sino una «terapia» experimental a la que nadie le obligó pues no había prescripción médica y por tanto, ni se puede reclamar al fabricante (para lo que previamente se ha blindado) y menos al Estado (aunque sea una falacia en tanto que les bombardearon con el cómplice aparato mediático hasta la saciedad y encontraron a un aparato sanitario entregado al genocidio por la inoculación).
¿Ustedes creen que es normal tanta «repentinitis» y que se está cebando en ciertas «celebridades» como deportistas, por ejemplo?. Saben que no y la hay.
¿Ustedes creen que es normal que no haya gripe?. Saben que no y la hay y se traviste de coronatimo.
¿Ustedes creen que es normal tanta patología cerebrovascular y coronaria?. Saben que no y la hay.
¿Ustedes creen que es normal tanta enfermedad sin diagnosticar por causa del coronatimo, mientras mantienen megaestructuras sanitarias sobredimensionadas para el mínimo servicio que se presta al ciudadano?. Saben que no, pero sucede.
Y todo ello tiene la misma causa: la plandemia que nos conduce a la timovacunación, que provoca tantos nefastos efectos secundarios.
Eso por no hablar de los miles de abortos «espontáneos».
A pesar de todo, no podrán tapar el sol con el dedo y algún día saldrán de este maldito engaño.
Y como resumen de todo ésto, ya ven cómo el coronatimo ha puesto a prueba nuestra inteligencia y sólo un escaso porcentaje hemos superado con nota ese test. Una inmensa mayoría (dicen que hay un 90% de inoculados en España) no sólo no lo han superado, sino que perseveran en no hacerlo. Y no lo duden, los no vacunados somos los llamados a intentar salvar este mundo (en sentido parecido se expresaba el Nobel de Medicina Luc Montagner) y contar a las generaciones venideras el antes y después de este interesadamente inducido apocalipsis.